Nacimiento
En la penumbra del suelo,
encerrado en su cáscara,
un grano de trigo reposa.
Raíces, como dedos de sombras,
buscan el abrazo tierno de la tierra,
mientras el latido del tiempo
despierta su esencia dormida.
La humedad
se transforma en un canto
que anuncia el amanecer.
En el profundo silencio,
un balbuceo se agita;
la semilla se estira,
quiebra su prisión,
y la luz germina en su interior
como un rayo de esperanza en la oscuridad.
Las raíces siguen explorando lo desconocido,
y de su seno surge un brote verde,
destello de vida que desafía la noche.
Cada hoja que despliega,
es una sinfonía de luz y sombra,
un poema escrito en el aire.
Así, en su plenitud,
ese grano se convierte en espiga,
danzando en un dorado mar
que el viento hace ondear
bajo el cálido abrazo del sol.
Promesa de vida, ciclo eterno:
memoria de un grano que brotó en el silencio.