Empieza la semana y es complicado, te levantas más por obligación que por ganas, las cobijas pesan un poco más que de costumbre, hay más tareas que hacer que vida para hacerlas, no tengo mucho tiempo; pero igual de camino a casa hago diez minutos porque no me acompañas esos diez y los alargamos hasta treinta. Al día siguiente soy chef y cuidador de mi nana, salgo apresurado y una mente vacía es lo que menos hay, pero acompañame que donde comen dos comen tres sirve que te la presento y cuido de ambas. El miércoles si está jodido, entras temprano, salgo tarde, tengo cita y tú tienes más, pero tranquila que cuando caiga la noche te marco y me preguntas ¿Por qué deben ser esos los colores del arcoíris? Y no entiendo nada, pero estoy contigo, y dormimos en llamada y es tan lindo que me sirve de impulso para despertar los jueves, esos en los que no tienes permiso por tus prácticas, pero igual te acompaño y en el sofá me quedo talvez no estamos hablando, nisiquiera me estás viendo, pero estoy contigo, el viernes eres mía y yo soy tuyo, que aquellos que dicen estar muy ocupados para el amor y su amor talvez no están tan enamorados. El fin de semana llega y acabamos en una cama agotados charlando como si no nos hubiéramos hablado en semanas, lo cierto es que no te escucho me pierdo en tu mirada, en el dolor de brazo por todo el tiempo que te la pasas recargada, en tu boca que habla y me incita a besarla, pero no puedo sigues hablando, tu mano en mi pecho y el olor de tu perfume lo siento mujer, soy hombre y me distraigo tanto que cuando recupero la conciencia por consecuencia respondo siempre con un \"aja\" y el día acaba y dices que me amas y me quedo viendo el mensaje como tonto, hasta dormir, esperando mujer, a que ya vuelva a ser lunes.