Vivimos oscuridades
y el grillo se encuentra oculto
rindiendo a su encanto, culto,
sin importar falsedades.
Vivimos de nimiedades
en nombre de un tal progreso
sin ver, quizá el retroceso,
de «los derechos humanos»
que siguen siempre lejanos
con tanto inocente preso.
Vivimos siempre en zozobra.
Las libertades no existen,
las violaciones persisten...
¿Cuántos lo saben de sobra?
El vil gobierno maniobra
y ataca a sus oponentes.
Siguen siendo prepotentes
contra el que hace una denuncia;
y si el pueblo, se pronuncia,
le persiguen dirigentes.
¡Ah maldita dictadura,
que se engendra en el poder;
vuelve el pueblo a padecer
lo que antaño fue tortura!
Cada loco y su locura,
siempre absurdo con su tema
como vil estratagema
para controlar la masa
y pregunto: ¿qué nos pasa,
que no vemos el problema?
Canten, canten las campanas
que calladas nada dicen.
¡Vamos, no se paralicen,
hagan ruido en las mañanas!
¡Qué se alcen voces humanas
sin temores y sin fallos
porque el canto de unos gallos
anunciando van la luz
que derrotará la cruz
que se impone a los vasallos!
Ojalá no llegue tarde
esa luz de la alborada
a la mente trasnochada
que se burla y hace alarde.
Ojalá que nadie aguarde
a que llegue una sorpresa
que lo doble, por que pesa,
como le pesa al que llora
y que el resto, siempre ignora,
«porque el búmeran… ¡regresa!»