alicia perez hernandez

Creo que es un déjà vu

Creo que es un déjà vu

 

Este fuego que llevo en la sangre lo quiero apagar en ti, ¡si, en ti!

Tengo fuego en la sangre y quisiera que estuvieras aquí, si ¡aquí junto a mí!

Para que calmes mis ansias de amarte, mis ganas de hacer el amor contigo,

Arde mi ser solo de pensar en la noche de anoche que nos tuvimos.

Mi piel se quema con el ardor de tu piel que pones encima de mi cuerpo.

Momentos consagrados para amarnos con pasión sabor a café,

Y cómo postre un pastel de manzana, con una gelatina de naranja.

Me derrito en tus brazos como barquillo de nieve y me dejo comer.

Quiero ser el postre a tus deseos, de tus anhelos cómo un dulce bombón

me tienes toda para ti, me regalo a tu boca para que me comas en ricos

mordiscos y en deliciosas probaditas hasta que me derrita en tu boca.  

Te busqué tantas veces, y te llamé otras tantas sin conocer tú nombre,

Sin saber siquiera dónde duermes ¿Dónde sueñas y a qué hora llegas?

¿Me piensas, me conoces, me sueñas o me buscas en algún rincón de tu corazón?

Todo quisiera saber de ti para empezar a amar de nuevo y no volver  a equivocarme,

ya lo hice antes, y todavía es hora que me siento rota por dentro y por fuera,

tengo el alma hecha pedazos y el corazón partido por la mitad.

Me equivoque al amar a alguien que no supo amarme, hoy cierro esa página,

quiero volver a enamorarme porque tengo fuego en la sangre y busco apagarlo

¿serás tú? ¿Si tú? Ese hombre que aparece en mis sueños y me hace la vida feliz

con sus besos de fuego y su mirada de lupa y me examina de los pies a la cabeza,

y emana pasión de su cuerpo y me sacia de sus ganas y de sus anhelos por saciar  

mi cuerpo con su fuego en mí, yo apagando su sed de amarme por siempre y para siempre.

¿Serás tú el que perturba mis pensamientos solo de pensarte en mi cama?

He llegado a creer que nos conocemos de antes que nos amamos en otra vida en otro tiempo,

somos destino creo que es un déjà vu  ya nos vivimos y estuvimos y nos tuvimos con grandes

amores de besos increíbles y apasionados que apagaban los deseos encendidos 

al calor de la noche para darnos la vida en cocteles de piña y jugo de naranja

que enloquecen los sentidos y retomamos aquellos tiempos que vivimos antes, 

donde había fuego quemándonos las entrañas húmedos de esos sueños inolvidables

que ya vivimos antes. Sólo una mirada bastó para amarte por toda la eternidad.

 

 Alicia Pérez Hernández. México

No es la pluma la que escribe, es el alma

Todos los derechos reservados©

Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte

tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte

tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte

o sea
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.

Viceversa de Mario Benedetti