El hombre busco entre el follaje del bosque,
sus pasos crujían entre las hojas,
no había vitrinas ni maniquí,
ni espejismos,
ni nombres grabados en la piedra.
Desnudo, sin destino,
traía algo más hondo:
una pregunta,
que no se esfuma,
ni con el tiempo
ni con el olvido.
Es una pregunta
sin respuesta:
“¿Qué queda cuando
todo cambia?”
“¿Nada cambia?
¿Solo los ojos que miran?”
Pero es como seguir las huellas
que te llevaran al camino,
pero si nunca hubo camino,
es solo la ilusión de caminar.
Se arrodilló en oración,
con la palma de su mano sobre la tierra.
La tierra, no le devolvió respuesta.
\"¿Qué queda cuando todo cambia?\"
Nada.
Pero esta nada es la posibilidad
infinita de una respuesta.
¿El mar?
¿la tierra?,
¿El polvo del hombre
girando en el viento?
¿Un colibrí entre el follaje?
Quizás una oración es suficiente,
Quizás el amor es una respuesta.
Pero, no es el cambio lo que duele,
sino la ilusión de la separación,
las huellas que dejaste en un pasillo
y dejaron de estar.