Fabiannan

Nuestras lágrimas

El despertar inmarcesible de los llantos de tu pecho

Que se atiza con tal gota intoxicante para ambos

Y que riega dulcemente la tierra fértil de tus senos

Donde reposo mi mejilla y que se funda con mis antros

 

Provoca un rudo rechinar de dientes y de labios secos

Donde me dejo ahogar y nos ahogamos juntos

Sedientos de tus lágrimas mis blancos ojos mejos 

Con tus ojos negros alimentando, como el agua a los arbustos

 

Tu llanto abona ciegamente mi alma

Ya fecunda toda de deseos, y mis manos

Ardientes como nunca anhelando tales rosas

 

Escondidas en tu manos queriendo ya la calma

A la guardia protegiendo inútilmente cuatro flancos

De mis brazos que protegen mis retinas tan lluviosas.