Javier Julián Enríquez

Soliloquio en la soledad

En el yermo silente y apartado,

do los doctos códices me acompañan,

con susurros muy lejanos que entrañan

sapiencia suma en diálogo sagrado;


cual Prometeo al mundo iluminado,

las páginas vetustas me engalanan

con versos que los siglos no profanan,

en este templo al tiempo consagrado.


Minerva acude en alas del misterio,

mientras Apolo tañe desde lejos

su lira entre los muros del criterio;

 

y en este docto exilio, mis recuerdos

se funden con el tiempo y su pasado,

de antiguos sabios y sus claros surcos.