Desde Edillo.
Aquí estoy cumpliendo con el rito,
ya hace un año y a veces no me acuerdo,
supongo que esto es la muerte: el olvido,
y tan solo ha transcurrido un año,
como era de esperar aquí estoy frente
a la lápida con tus letras bordadas
con nuestras pequeñas lágrimas.
Siempre estuviste aquí con la lluvia,
con la mirada frente a la carretera,
siempre tuviste tu corazón aquí
en Villanueva, aunque estuvieras lejos.
Fuiste toda para tus hijos, sus lágrimas,
su alegría, su dolor. Caminabas con nosotros,
con tus manos zurcidoras, abiertas
a nuestros corazones,
nos alimentabas de caricias y besos
sin cesar de atendernos.
Y aquí dejaste tu nombre con el de tu marido:
Blanca y Manuel yacen donde la lluvia canta.
He vuelto para hablarte, aunque no salgan
las palabras y te hable desde dentro.