mario horacio

Laberinto

Guárdate bien el hilo, protege bien la espada,
Que se pierda en las sombras, aunque sientas mi trueno.

Y suéltale la mano, no le pongas hoy freno.
No le ates los sentidos, ni tapes mi llamada.

Ciérrale bien las puertas, esconde su pisada.
No le llames de vuelta, que el sol le sea ajeno.
No lo saques del sueño, si en su abismo resueno.
No le detengas fuera, ni le ocultes mi nada.

En este laberinto, no acabe la jornada.
Déjale andar sus sueños, déjale fuera el alma.
Deja acechar mi monstruo, no ocultes mi mirada.

Guárdate bien el hilo, protege bien la espada.
Calla tu voz, Ariadna, no le traigas la calma.
No le ates los sentidos, ni tapes mi llamada…