De ti aprendí el arte de amar...
De ti aprendí el arte de amar,
Cada lección fue bien aprendida
En tus formas y conceptos de amar,
En tus maneras de entregarte al amor.
De ti aprendí amar…
Y no conozco otra forma
La primera lección,
tus besos sabor a miel
que aún guarda mis labios su sabor,
tu piel haciéndose una con la mía,
tantas veces bajo la luz de luna llena
y muchas otras en primavera,
amándonos con la respiración de la piel
sintiendo en el alma la entrega,
y la delicia de envolver en sudor la piel.
¿Cuántas lecciones aprendidas?
Las recuerdo todas una a una,
El abrazo fundido en la caricia
que dejaba su fragancia todo el día,
ceñidos los cuerpos sin recato.
La mirada penetrante y profunda
entregada en un beso,
que desvestías con la mirada
dada como queja o, entrega
desnudando los labios,
ufanos en el embeleso de amor.
Acariciante, soñadora y enamorada,
La mirada de amor que altera,
las venas ardientes por entregarse
en un beso al alma y quedarnos prendidos.
Me quedé corta, las lecciones que de ti
aprendí fueron muchas más, más!!
Ahora sólo son recuerdo…
de ese amor de maestro y alumna
La lección más importante no me la diste,
no me enseñaste cómo estar sin ti.
-Por dónde empiezo si todo acabó.
Cómo olvidarte si nunca aprendí-
Y te fuiste en silencio dejando un vació
que nunca e podido llenar ni con otro amor.
Alicia Pérez Hernández.... México
No es la pluma la que escribe, es el alma
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Yo no quiero morirme sin saber de tu boca.
Yo no quiero morirme con el alma perpleja
sabiéndote distinto, perdido en otras playas.
Yo no quiero morirme con este desconsuelo
por el arco infinito de esa cúpula triste
donde habitan tus sueños al sol de mediodía.
Yo no quiero morirme sin haberte entregado
las doradas esferas de mi cuerpo,
la piel que me recubre, el temblor que me invade.
Yo no quiero morirme sin que me hayas amado.