Te amamos, mujer,
porque en tu andar sereno
la ternura es un rio
que acaricia nuestro mundo.
Te amamos, mujer,
porque enfrentas sin miedo
los golpes del destino,
porque luchas sin espadas
y vences con la fuerza
profunda de tu mirada.
Te amamos, mujer,
porque ocultas el llanto
y luchas contra la injusticia
alzándote en la luz del día,
aunque por la noche
tu almohada se empape
de silenciosa rebeldía.
Te amamos, mujer,
porque callas y gritas,
porque caes y renaces,
porque aunque el mundo se cierre,
tú, sigues abriendo caminos.