Como un soldado rendido que ha ganado la guerra
Y ha perdido la cordura, acogeme, escudo mio
En las comisuras que se forman en tus axilas de almendra
Y te haré sudar con mi llanto, a lo lejos perdido
Y te besaré sediento de tu sangre como fiera
Una diminuta qué tan grande he conocido
Con tus ojos en mi mente aventurera
Que me hacen y deshacen a su antojo
Y torturan como sólo tú pudieras
Escurriendo tu cuchillo todo rojo
Que me entra y que me sale por la oreja
Se me olvidan las montañas y las calles
Que he recorrido tantas veces
Cuando de un beso tú me pides que me calle
Y me marcas con tus uñas que fallecen
Con mi aliento tus anteojos que se empañen
Y con tus rizos cobijame ambas sienes.