Romey

Voces

-Nadie habla, y yo suspiro para la brisa

reavivar. Es verde en la mañana, y va

embriagada, azarosa como mariposa, virginal,

con gesto armonioso y una osada sonrisa...

 

-La oscuridad la envolvía, convaleciente,

corriendo deprisa contra las paredes opacas.

Y eya cayaba su desdicha, abocada

a volar durante noches, sin aquel aliciente...

 

-Hacía, además, que las cortinas danzasen

despertando el puro gozo en un fugaz instante,

y ondulaciones en el agua, donde leería el devenir...

 

-Termina la ausencia y advierto un silencio

infinito, el movimiento del espíritu eterno

que a sí mismo se percibe efímero quieto aquí...