Hasta que puedas no sentirte desolada
o que intentes desandar esa amargura
hasta que el tiempo te devuelva la frescura
yo callaré sin decir nada, nada, nada...
Y extenderé mis brazos comprendiendo
que este pasaje te revuelve el alma toda
y que el dolor te habita y te perfora
y que es mejor callar por el momento.
Hasta que puedas apagar todo el infierno
y te propongas inventar otro escenario
hasta que creas que un amor es necesario
y que otras manos te cobijen en invierno.
Hasta que lata el corazón un ritmo nuevo
yo callaré mordiendo mis palabras;
para soltar un día las amarras
y navegarte, cuando digas: "yo te quiero".