Sobreviviendo en mi cruz,
resucitando al clarín.
Desollado ya el capuz,
bandera es el parlanchín;
bueno es llevar un gorguz.
Más te seré muy sincero,
te amo, como el primer día...
quizá sea verdadero;
pensar que no llegaría,
un cariño duradero.
Preso del tiempo, en destierro...
las horas pasan inquietas,
pues pienso como un aberro.
Rodeado de siluetas,
¡Ay!, del malulo becerro...
Mi camino seguiré,
con mi verdosa melena;
ya no jamás pensaré,
solo alarga mi faena...
¡De ti, ya nunca hablaré!...
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