Quiero aprender a vivir,
así que doy un paso adelante sin estar muy segura.
Mi corazón nuevamente comienza a latir,
¿aquí comienza la aventura?
Miro atrás mi refugio con arrepentimiento,
¿debería realmente hacer esto?
Mi cuerpo se encuentra tenso
y aquí comienza el descenso.
Bajo por el camino y me detengo a ver las flores,
hay muchas de todos los colores,
quizá no es tan malo ir por mi cuenta.
¡Creo que se aleja la tormenta!
De pronto siento que mi pecho se aprieta.
¿Si estoy tan feliz por qué lloran mis ojos?
Sin pensarlo mucho vuelvo a mirar hacia atrás,
es que estoy extrañando demasiado mi hogar.
¿Cómo lograré lo que quiero si no me aventuro?
En el cielo se ve pintado mi futuro,
miro las nubes y a lo lejos el sol,
paro y me siento junto a un girasol.
Le converso un poco y le digo:
“Un día me gustaría ser como tú”
Y me responde mi amigo,
sonriéndome con gratitud.
Ambos miramos como se oculta el sol
Pues ya es su momento de irse.
Me dice antes de marcharse el girasol
“Mira más en tu interior, y tu deseo ha de cumplirse”.