Mi cama erguida, de tantos vampiros.
Distante veo, a la luna arrugada,
siglos enteros, sola enamorada;
como tocarla... roba mis suspiros...
las sabanas son de barro y zafiros,
Mi musa de voz ronca, silenciada.
Ronronea, empieza la poetada.
Sueño estar, a cause de los guajiros.
Circos observan mis ojos tan rojos.
Enchinados en su propio maganto...
mi almohada cansada en mis congojos.
Mato las horas murmurando un canto,
que me relaje de tantos despojos...
opera durmiente, el alba de manto...
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