Entro la primavera con nieve y frío gélido,
pero estallaron todos los almendros
como el amor que llevo dentro,
que aunque sienta la frialdad de la ausencia,
y el temblor de la soledad, el amor florece con fuerza.
Pues la luna y la noche son mis aliadas
y me envuelven entre sus sábanas
de sombras y luces claras.
La primavera entró y llegó muy helada
las flores se resisten a sucumbir y estallan con gracia,
como esa pasión que llevo en mi pecho
que cuando te nombro florece a cielo abierto.
Eternidades