Envuelto con los velos del misterio
un día de su voz oí el sonido
trayendo de ilusión el dulce arpegio
bordándole al amor un suave nicho.
Un día de su voz oí el sonido
tejiendo celestiales armonías;
bordándole al amor un suave nicho
con notas extraídas de una lira.
Tejiendo celestiales armonías
oía los compases de mis venas,
con notas extraídas de una lira
llevando de pasión febril cadencia.
Oía los compases de mis venas
trayendo del amor el dulce arpegio;
llevando de pasión febril cadencia
envuelta con los velos del misterio.
Autor: Aníbal Rodríguez.