Se han sentado frente a mí los amores imposibles
como espíritus vagabundos, mudos, sin piel
con sus rostros desfigurados y agonizantes
algunos me han arrebatado los deseos de conversar
otros inofensivos me han mirado como criatura sensible
en tanto los amables y piadosos me han creído sentimental y afectuoso
y los últimos despiadados me han provocado el desamor y el olvido
He querido brindar con ellos por el amor sin tacto
el amor mudo, de mirada sensible y sentir indigente
he querido convidarlos a los pequeños gestos de reverencia
suficientes para renovar la pasión
para erizar la piel sensible y excitable
esos gestos inocentes que encienden hogueras
que agonizan los latidos despertando la vida
Se han sentado frente a mi desechando las palabras
como seres amables e inofensivos
acercando augurios de felicidades insospechadas
disfrazando la verdad con trajes de jóvenes enamorados
de sensaciones elusivas que simulan pubertades
inconciencias y fantasías de las que debo despertar
con la piel envejecida y un tiempo por terminar