Ahora tú te vas como el viento a mitad del principio de la vida
volando sobre los mares desesperados de mi conciencia
mi pluma no sirve sin la tinta de tus labios eternos e inmóviles,
en una vida ya no me acaricia tu mano frágil y delicada.
En otra simple estás redentora de mi venganza.
Eres aliento, súplica, la pradera del campo solitario
complacida sentada ahí eres el pobre retrato.
Vuelas como mis sueños huracán de las pasiones prohibídas.
¿Tú que hiciste para amarte de esta manera? te pregunto con los
desvaríos de un niño.
No espero tu respuesta como el frío clamor del invierno
niña desprotegída y delicada
tan simple como tus apellidos y el camino de tu espalda,
es que te vas y no regresas
te irás como la promesa y te quedas a la orilla del mar,
ida y vuelta eres la ola gigantesca que golpea las nubes
espesas de mi locura,
ya no se si eres real o parte de mi cabeza.
Eres silenciosa al tocarme con tu cabello el centro de mis ansias,
el brote de mi tortura.
Te veo con la idea de husmear por debajo de tu alma,
aquel dolor que no has compartido,
hacerte el amor como el viento a los olivos
después de llorar juntos la muerte de la despedida
no te abandones, no mueras en recuerdo
si no te he amado como tú quisieras.