A ESCONDIDAS
Como ladrones en la noche callada,
nuestros suspiros son ecos de amor.
Era un juego oculto, una danza arriesgada,
donde cada beso encendía un fervor.
A escondidas del mundo, nuestras almas danzaban,
y los miedos se ahogaban en tu abrazo.
Un instante fugaz donde los sueños volaban,
tejiendo en el aire un mágico lazo.
Tu risa era un canto que rompía el silencio,
y el roce de tus labios, al fuego, un incienso.
Era nuestra canción, un delicado misterio,
un amor que brilla en lo más etéreo.
A escondidas, donde el amor se expande,
en cada beso hallé lo que mi ser responde.
© Corazón Bardo