El mundo es un laberinto del lenguaje,
y lo navegas con un freno pesado,
avanzas con mucha constancia y coraje,
sonriendo a todo aquel que pasa a tu lado.
Guiarte es mi deber, así es el destino,
en este laberinto con muchas salidas,
aunque yo no conozca bien el camino,
y menos pueda saber tu preferida.
Trepas hasta la más grandiosa altura,
y resuelves muy complicados problemas,
en este laberinto, eso poco ayuda,
si no tienes los lexemas y morfemas.
Siete grandes picos hay para alpinistas,
para ti cada palabra nueva es uno,
para mí entenderte es una gran conquista.
Mi amor te entrego yo, sin reparo alguno.
Veo cómo te rebasan otros niños,
y me pregunto si es que llegar lograrás,
a la salida de este gran laberinto,
si la independencia algún día obtendrás.
Pero observo que con singular alegría
hacia el frente continúas sin cesar.
De admiración me llenas, querida mía,
con orgullo siempre a tu lado he de estar.