La vista comienza a nublarse
y la ceguera te sumerge en un avismo.
Los amantes dejan de amarse
y la enfermedad te derrota aqui mismo.
El deseo poco a poco te envuelve
y las ganas de gritar aparecen.
Mientras todo el mundo duerme
lentamente te desvaneces.
Nunca sabré si es mejor que te odien
o mucho mejor que te amen.
Prefiero recordar a olvidarme
de las fantasías aunque me engañen.
El dolor y la depresión
me hacen sentir vivo
y esa moribunda sensación
es por la que ahora revivo.
Pero la duda y la depresión
te hacen sentir vivo.
Renaces otra vez mas fuerte
retomando el viejo camino.
Pablo Ariel Paez Vega