Carlos Eduardo

Un nuevo poeta

Un nuevo poeta

 

     La dictadura rompió la poesía, la quemó, fusiló, torturó, se ensañó contra los cuerpos de los poetas, jóvenes, militantes de las odas, de poemas comprometidos; la hizo cenizas, masacró, ninguna mariposa de colores, racimos desmigajados; ha años ya,  de las tropelías, aún continúa tendida de muerte, ensangrentada, dolida, no ha lanzado más cantos de poetas potentes, suaves contrincantes para las densas armaduras del intenso odio, “holocaustico”, a la cultura desplegado.

 

    Debería nacer hoy un flamante poeta iluminado y lúcido, que usase tal vez versos radioactivos, atómicos,  explosivos, de amaneceres boreales, sutiles y finos que atraviesen cabellos, poros, intersticios,… penetrantes como neutrinos, vigorosos como mísiles, actuales e impregnantes tal tatuajes en los inconscientes colectivos. Subliminal, propagandístico.

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