No cedas
Y no... no cedas, por favor, no cedas,
porque estoy contigo, porque no es la hora;
porque es el momento de seguir firme,
levantar la vista o encender la antorcha.
Y no... no cedas, jamás te detengas,
porque hay motivos, porque no estás sola:
porque el tiempo corre, nada lo impide
y en cada proceso hasta el sueño importa.
Y no... no cedas, por la vida misma,
porque en los jardines, ya eres la rosa,
porque celebrar siempre sabe a dulce,
cuando en tus palabras, nada se esconda.
Y no... no cedas, pues no... no te rindas,
porque eres la vibra, el arte y la obra;
porque el viento vuela, no tiene miedo
y en la mente sueños, brotan y brotan.
Y no... no cedas, que nada te turbe,
porque el agua siempre llega a la costa,
porque eres vasija, que pasa pruebas
a pesar de lágrimas o congojas.
Y no... no cedas, no te atrase el susto,
porque el alma es fuerte y jamás se dobla;
porque el ojo observa, dónde hay peligros
y la mente, en fin, con el tiempo es docta.
Y no... no cedas, el camino es largo,
por favor, resiste, a pesar de dogmas,
porque nunca es tarde, y eso lo sabes;
porque Dios es gozo y también victoria.
Samuel Dixon