Señor, si tú lo quieres,
vendrá un día la paz a nuestras almas;
paz y amor a la sombra de tus alas.
Mi Dios, si tú lo quieres,
la noche se ha de transformar en día
y el sol tendrá a los reinos de la luna.
Señor, si tú lo quieres,
habrá misericordia para el pobre
y justicia por fin al desvalido.
Mi Dios, si tú lo quieres,
no existirá impiedad en el futuro;
los malos se convertirán un día.
Señor, si tú lo quieres,
todos alabarán tu santo nombre
y han de ensalzar lo bueno de tus obras.
Mi Dios, si tú lo quieres,
huirá la enfermedad entre tus hijos;
sanarán con la sangre de tu Cristo.
Señor, si tú lo quieres,
tendrás misericordia de mis pasos;
a este torpe guiarás al reino ansiado.