El jardín que no se cuida,
se comienza a marchitar
y asi emprende su huida,
hasta otro dueño encontrar.
Que lo comience a cuidar,
con entusiasmo y esmero,
y también le pueda dar,
el amor de jardinero.
Así pasa en la pareja
que se deja de atender,
pues si se cierra la reja,
comienza a desfallecer.
Hasta que alguien aparezca,
cargado de mucho amor,
y la cuide hasta que crezca,
de nuevo un amor mejor.
Por eso hay que cuidar
al jardín y a la pareja,
y mucho amor entregar,
para no oír una queja.
Vero