No soy el fruto del amor, sino del escape.
Fui criada, pero no amada.
No pertenezco a la élite de la belleza ni de la popularidad, según los estándares de esta implacable sociedad.
Solo soy un ser común, sencillo y tranquilo.
Como yo, los hay muchos,
despojados por un mundo indolente.
Pero esta crueldad también devora a los indolentes,
cargados de infelicidad y desdicha.
Abandono esta carga impuesta
y dejaré mi huella, mi esencia y mi verdad en este paso fugaz por la vida.