Adiós…
Mejor, nace decirte un hasta luego…
Ayer, hoy y siempre nos reencontraremos…
Hoy tienes el privilegio y nosotros la fortuna de que serás nuestra bella guardiana.
Guardiana, de consolación,
Guardiana de valor, y que a partir de hoy velarás por darnos un poco de paciencia,
Paciencia, para comprender que más allá de lo físico, vive en nuestros corazones el hecho de que estás ahí.
Siempre presente por que vive tu gran espíritu,
Espíritu que nos inspira ese gran amor y alegría.
Amor,
Amor siempre nos diste, al regalarnos esa bella y contagiosa sonrisa.
Iluminados por esa luz que irradiaba tus hermosos ojos.
Hoy serás nuestra guía por el camino de la esperanza,
Esperanza, que más allá de la distancia, exista el día en que volvamos a estrecharnos y darnos un abrazo.
Abrazo de hermandad…
Mi preciosa, bella y amada prima
Al caminar va el viento que susurra tu nombre Mari…
Será pronto ese reencuentro en el compartamos el bello jardín del edén.
Donde todos vivamos felices y repletos de paz, amor pero de mucho amor…
Hasta luego mi preciosa guardiana del amor...