Antonio Miguel Reyes

Hoy ha muerto la ancianita

Hoy ha muerto la ancianita

 

Hoy ha muerto la ancianita

de los ojos lagrimosos,

los que fueron bien hermosos

por su belleza infinita.

¡Adios querida mamita!

tu recuerdo es mi pasión,

roto está mi corazón

del dolor que me condena

a sufrir la enorme pena

que me nubla la razón.



Es vieja de crin nevado

y tez surcada de ríos,

que muestran los desafíos

de las sonrisas que ha dado.

¿En este mundo encerrado

sin percibir su mirada?

la vida no importa nada.

Fue mi mantilla y pilar

imposible de olvidar,

de mi mente su morada.



Están en el pensamiento

las secuelas de su vida,

que la mente nunca olvida

tan llenas de sentimiento.

Aparece como el viento

y se mantiene presente,

escenifica la fuente

aportando su recuerdo,

quizá loco, quizá cuerdo

jamás saldrá de mi mente.