Ya no concibo la noche
si no es eterna y callada,
insomne como la luna
en su trono solitaria;
ya no describo la lluvia
sin escuchar la tormenta
y sentir la brisa fresca
del ozono cuando truena.
Ya no percibo la pena
si el corazón no solloza
y una lágrima destroza
maquillaje que envenena;
ya no imagino la muerte
sin pensar en caja negra
con crucifijo dorado
y agua bendita que suena.
¡ Ya no compongo mis versos
si el corazón no me tiembla
en el pecho, traspasado
por el puñal de tu ausencia.!
JOSE ANTONIO GARCIA CALVO