Gonzalo Márquez Pedregal

SOLILOQUIO

    

En esta magna profundidad de las emociones,
busco la soledad necesaria, las introspecciones.
Una voraz lucha de titanes desiguales,
donde las dudas roban noches, insomnes vendavales.

 

Aquí y ahora, revuelve los cajones,
archivadores de la conciencia, grietas y razones.
Cuántos errores, pasos devastadores,
fallos de cálculo, confianzas a traidores.

 

Pero reconozco: en aquellos entonces,
jugué con naipes marcados, sin comodines.
La vida no engaña, descubre los faroles,
quién tiene escalera real o cuatro ases en la piel.

 

Y en estos lúcidos minutos de divagaciones,
en este soliloquio… crecen mis humanidades.