En una cálida noche de marzo,
los sin hogar se buscan la vida,
los sin valores buscan la forma
de exprimirla.
Y yo pienso…
¿Qué es lo correcto?
Si el sistema es corrupción en su raíz,
nepotismo, favores, arreglos de papel.
No hay salvación,
solo queda quemar los barcos
y empezar de nuevo.
Pero no basta.
Generaciones y generaciones por reeducar.
¿Qué hace uno que piensa
cuando algunos siguen al fuerte,
otros solo miran,
y muchos más te disparan
por robarles los huevos de oro?
Ecuador:
corrupción en su definición,
de la viveza criolla
al que mata por cincuenta centavos.
¿Qué hace uno que piensa?
Los idealistas claman revolución,
los fascistas orden a su medida,
y yo, de mozo, pensé:
unirse al sistema,
ser su entraña,
hundirle el puñal
y forzar la metamorfosis
hasta que el cambio sea inevitable.
Pero solo son letras,
pensamientos sueltos en la brisa.
¿Qué puede hacer un hombre solo?
La noche se enfría
y prefiero arroparme en mis sábanas,
dejar que el mundo arda a su ritmo,
aunque en sus cenizas
se mezclen las llamas y la sangre.