veronique

Trascendencia

          

 Desde bajo del madero

vi tus lágrimas,

quise enjugarlas, pero estabas lejos.

Tu mirada azul

calmo mi alma

y entre las piedras

que envolvían tu madero

tus manos me bendecían.

Postrada con mi miseria

bebo agua del desierto

pero esa agua no sacia

la sed de mi alma

y aun puedo llorar.

Y más allá del dolor eterno

estas tú

aunque sufriente

me das gozo y vida,

uno mis ojos a los tuyos

y ya no existen las horas, ni los días

y no importa el futuro,

solo el hoy en tu presencia

y saboreo mi pobre indigencia

y la fragilidad de mi fibra interna

que dejo bajo el madero

para fluir a tu presencia.