Tácitamente diseminada la luz
lanza sonidos de tiempo frío
y siento como rayos recorriéndome
y encendiendo fuegos diferentes
para sacarme del tedioso letargo
que me invade a veces
porque me canso de lo de siempre,
y un silencio meditativo resplandece
en el aire y bajo el tiempo frío
que se revuelve despacio en la negrura
encajando los eslabones del amor,
cadena de unión entre las sombras
caidas a los ojos como meros reflejos
de cosas que se presentan
ante un observador atento
simulando ser personas y no bocetos
que brotan de un tiesto lodoso
que habrá sembrado a mano el genio,
gozosa alma atormentada que todos tenemos
dentro, tras esta máscara universal,
en un profundo recoveco donde la espiral proyectada
cada noche aspira a una vida distinta y a la misma
soñada vigilia
Oímos que se movía la brisa
y al instante siguiente una pausa
deprisa mientras él río descendía
abruptamente, espuma en el agua,
reflejos que cambian y en los ojos
de los dos una mirada universal
abarcando un mundo, pero otro
y sin embargo era casi todo igual
Pudimos prescindir de la urgencia
un tiempo breve para conversar
acerca de nada, sin usar el habla
Sin querer nos dimos cuenta
de la soledad que nos rodeaba
y despertamos en este sueño a la par