Alegría para los oídos,
Que adormece,
Que sensibiliza,
Y despeja la mente.
La música,
Es melodía permanente,
Que endulza,
Los tímpanos,
Y ablandece el corazón.
Las cosas,
De otra manera se ven,
Si mal situación tenían,
En un momento,
Se calma,
Y otro semblante verás.
Si acompañando estás,
Lo clásico, te unirá,
Se Mozart,
Chopin o Beethoven,
Y muchos más.
La música,
Es bibrato,
Sonido inmersivo,
Con sentimiento,
Queriendo vivir,
Y sentir,
Esa música bendita,
Que envuelve,
Y rodea la estancia,
Que traslada,
A un lugar bello,
Y hermoso,
Con tu amada,
O sin ella.
La música,
Es un privilegio de dioses,
Una barca que flota,
Y conduce al infinito.
Notas en una partitura,
Que ritmo tienen,
Y da gusto a escuchar,
Y sentir.
La música,
Es un honor
Y un orgullo,
Su existencia.
En Egipto,
La música,
Es canto.
En Roma,
Tomada de Grecia,
La música,
Para entradas triunfales,
Termas,
Y demás,
En salones privados,
Y fiestas majestuosas.
Actualmente,
La música clásica,
Esta siempre presente,
En todo momento,
Es un lujo tenerla
Poseerla,
Y percibir,
Esa riqueza,
Filarmónica,
Que tanto gusta.
En películas,
Y otros eventos,
Es utilizada,
Y usada.
La música,
Nos conduce,
A un mundo imaginario,
Un mundo que no conocemos,
Y nos lleva,
A situaciones,
Jamás vividas,
Con buen fin.
La música,
Para mí,
Es parte de mi vida,
De mi alma,
Y mi corazón,
Abre frentes,
Horizontes diferentes,
Bellos, lindos,
Y hermosos,
La música,
Viene de antaño,
En palacios,
Los juglares,
Trovadores,
Manipulan la música,
Hasta a todos, hacer bailar,
Y contar,
Las historias de hazañas,
De batallas,
Y reyertas de reyes,
Victorias conseguidas,
Y riquezas ganadas,
Muy popular,
E históricas,
Para el poblacho,
Y aristocráticos adecuados,
Divirtiéndose.
La música,
Es un dios,
Convertido en partitura,
Usando instrumentos,
La música envuelve,
Y transforma el ambiente,
Teatros o salones de baile,
Gozando el momento,
Que la música expresa,
Como nunca se ha hecho,
Adormecidos,
E hipnotizados,
Nos quedamos,
Por un tiempo,
Nada más,
Después todo normal.