¡No duermas, Cupido! que ya amaneció,
y muchos te esperan con justa razón.
Despierta y lleva siempre la ilusión,
dispara tus dardos envueltos de amor.
¡No duermas, Cupido! en ese rincón,
recoge tus flechas y vuela al balcón.
Algunos te rezan con gran devoción,
apunta preciso y con todo el candor.
¡No duermas, Cupido! deja la flojera,
despiértate pronto, deja la pereza.
Empuña tu arco con toda firmeza,
que de ti esperan toda la grandeza.
¡No duermas, Cupido! que mi corazón
aguarda en silencio, en la habitación,
por un gran flechazo pintado de amor,
y tú ahí durmiendo, sin una misión.
Andrea Chica