A esta anatómica historia,
le faltan manos, pies, cabeza y poesía,
siendo esto consecuencia
de imágenes advenidas por tu ausencia...
Es como el agua que rodea,
a una fortaleza sin entrada ni salida,
sin ver la realidad de la vida,
por la angustia que suscita la melancolia...
Es vivir con la inexistencia,
de lo que ardió y no está, y es ya elegía,
sin tu luz a mediodía,
ni tu anochecer después de la lluvia...
¡Qué fatal ayuda! la memoria,
que va de aquí para allá por la cama vacía,
sin pizca de misericordia,
escribiendo la anatomía de nuestra historia...