Nahuel.

Abrupto

Un poste de luz enorme,

Iluminaba todo el barrio,

Como un gran dictador de su luz ámbar,

Mis recuerdos de la infancia,

Están marcados con un color naranja.

Los viejos se quejaban ya que no veían bien,

Por su tenue luz,

Son quejas aceptables,

Pero pocas veces me he sentido tan triste por algo tan insignificante,

Como cuando su luz no se prendió más,

Al ser reemplazada por pequeños postes,

Que iluminaban de un color blanco.

Fue un antes y un después,

Una división provocada por algo,

De tan poca relevancia,

De tan poca transcendencia,

Que aún digo;

¿Tan poco importante era?