Te fuiste temprano, niño travieso,
con risa en los labios y el alma en el viento.
Alegre corrías, sin miedo, sin prisa,
dejando tu huella en cada sonrisa.
Hoy todo es silencio, tristeza y vacío,
En tu casa habrá un eco de un tiempo perdido.
La soledad duele, la desesperación quema,
¿por qué te alejaste en la fría marea?
Pero en la penumbra de este cruel destino,
aún brilla tu rastro, luz en el camino.
Descansa, pequeño, en un mundo infinito,
donde el cielo es tuyo y el dolor se ha ido.
G3