No es gratis, aunque lo parezca,
cada clic te vende sin preguntar.
Eres el dato, eres el precio,
y sin saberlo, pagas de más.
Tu tiempo se esfuma, tu mente se duerme,
mientras alguien se llena de oro.
Tú sigues viendo la misma pantalla,
otro se ríe contando su ahorro.
Pero nadie explica cómo funciona,
nadie te dice cómo escapar.
Porque si un día abrieras los ojos,
su imperio se podría derrumbar.