D. Méndez

Recuérdala en mi

Se que no soy ella,

pero por un instante,

tómame, habítame,

y deja que su sombra

baile entre nosotros.

 

Que la música que fue suya

ahora arda en mi piel,

que cada nota sea un eco

del deseo que aún te ata.

 

No importa si al cerrar los ojos

sus labios rozan los míos,

si su nombre muere en tu garganta

mientras me haces tuya.

 

Por esta noche,

ámame con la nostalgia

con la

que aún la deseas.