Fuimos reconstruyendo el rostro,
entre recuerdos y colores pastel,
sueños sin deseos ni miedos,
libres de lo que llamamos razón.
Fuimos pasando los ayeres,
correlacionando varios placeres,
álgida realidad mundana,
indescifrable y lejana…
Calma quieta, paz a granel,
suplicio breve y tosco,
después del infarto, del desazón,
recolectando tus pensamientos lóbregos.
Lo que sueñas despierto,
es lo que ahora soy,
delirio latente del hoy,
pese a radicar eternamente en lo incierto.