Os diré que calla la vida, ella es como un carnaval de risas contínuas, con la intención de vestir de fiesta los corazones resentidos.Luces que deciden hacer guiños a los árboles sin apenas savia, que tan sólo intentan seguir viviendo a contrapelo. Alcohol para afrontar falsos júbilos, e intentar olvidar los recuerdos, ahogando esos momentos que se han quedado vacíos. Paliamos ciertas ausencias retomando algunos monigotes hechos con la fina arena de la playa, escuchando los graznidos de las gaviotas del puerto. Nuestros ojos contemplan con curiosidad, las cadenciosas olas que se producen en la bocana del mismo. Debido a ciertas ausencias, nos hemos visto obligados a soportar algunas noches declinadas en la distancia.