Adoradom

El poder de la tranquilidad

Hoy día,

Difícil es,

Se intenta,

No se consigue,

Los tiempos,

Revueltos están,

Aunque queremos,

Y busquemos.

La tranquilidad,

Pocas veces encontramos,

Y si hallamos,

Poco rato,

Disfrutamos.

Como el campo,

Nada hoy,

El sonido del agua,

Discurriendo por su cauce,

El canto de los pájaros,

La brisa,

En la cara dando,

Paz se encuentra.

En una playa,

Bajo  una sombrilla,

Leyendo un libro,

Sin molestia alguna,

El sonido del mar,

Rompiendo la ola,

Contra la orilla,

El agua fresca,

Mojando los pies,

Un momento indescriptible,

E increíble,

Un momento placido,

Y tranquilo.

En una montaña,

Bajo los árboles,

Un canto de aves,

En conjunto con las ramas,

En su movimiento,

Una maravilla.

¿Qué podemos elegir?,

Sobre gustos,

Nada hay escrito,

¿Puede ser playa?,

¿campo o montaña?,

Siempre lejos,

Del ruido infernal,

De una ciudad que no duerme,

Ni deja vivir,

Haciendo el estrés,

Como principal actividad.

Es como es,

Y no sabe,

Lo que se pierden.

Algún día,

Cuanta se darán,

Y a sus orígenes volverán,

Allí de donde nacieron,

Y después se fueron,

Abandonaran,

La polución,

Y el estrés provocado,

De las eternas colas,

Para entrar y salir,

Del trabajo a casa,

Y de casa al trabajo,

Siendo el mejor paso,

Que en su vida agradecerán,

Con salud y paz.