Sentado en su mecedora bajo el viejo olmo
impávido se quedo,
aquí fue la ultima vez, dijo con la mente envuelta
en otros tiempos.
Yo no se su historia, tal vez la pueda imaginar
aunque quizás al hacerlo me convierta
en un mentiroso como dijiste,
te respondo: una mentira con sabor a vos.
Las hojas secas arrancadas por el viento
al suelo livianas caían esperando hacerse tierra,
el sol brillaba en todo su esplendor (miento),
y si, había estrellas aunque no las pude ver,
ella se acercó y en sus oído breve susurró,
lo que pronunció, no lo se, triste debió ser
y si fue de día o de noche a quien le importa,
la expresión de sus rostro todo lo dijo,
sin más, bajo la niebla de sus lagrimas
la que amaba se desvaneció…
Y si, miento, no había un viejo olmo,
tampoco un viejo loco,
pero si: un sol radiante
del otro lado de la tierra,
un par de estrellas bellas
tapadas por la niebla,
había algo de vos,
quizás besos o susurros,
y si, estabas(o talvez no),
¿miento?...(ríes)
ya se que miento,
aquí estas vos,
bajo el sol radiante
escuchando mis tonteras.