Todo es igual,
desde el insolente sol,
hasta la noche estelar…
explosión sideral,
en do bemol,
en el eco sin escuchar.
Es el sentido fugaz,
del corazón infantil,
con su imaginación…
ni en mil vidas de más,
podría sentirme tan febril,
y lo que me queda es la resignación.
Entre colores vuelvo a escapar,
por ser un poco rebelde,
y un todo ausente…
elucubración persistente,
cuando mi cerebro no se resuelve;
a volver a soñar…