Cántico de paz para la guerra
Las naciones del mundo juegan al genocidio,
los que nunca han ganado ahora van apostar,
desoyen la advertencia que anuncia este suicidio,
porque están más salados que las aguas del mar.
De un mar amargo vienen estos monstruos en ciernes,
tienen llenos de ojivas y drones lo nuclear
y el dedo en el gatillo tiene espasmos de viernes,
en espera de un sábado que nos va a exterminar.
Un día hacen promesas, al otro las revierten,
para ellos es un juego que sueñan con ganar.
por eso codiciosos invierten lo que invierten,
no entienden que si pierden no podrán reiniciar.
Y aquí estamos nosotros entre estos paquidermos:
Estáticos, callados, inermes, soñolientos,
cruzando este desierto, lunáticos, enfermos,
uncido a los altares, bebiéndonos los vientos.
Oh Jesús ¿Por qué tardas? preguntaba Darío
y la respuesta tarda muchos años después,
porque nadie se atreve tomar el desafío
de enderezar las cosas que hoy están al revés.