Naces en el brote sincero de una sonrisa
Y tus remos son las comisuras de mis labios amantes
Jurando que el desierto se quedo vacío y solitario
Regresas victoriosa con una espina en la mano
Tu falda blanca inmaculada y pura
Tiene sangre, esta manchada como cielo nublado
Hay gotas de sangre, hay gotas de vida en tu ropa
Sonríes terroríficamente alocada con desdén
Y pisas la mariposa moribunda en el pavimento de este valle.
Ya me contarás de tus viajes y tus noches de insomnio
Y boquiabiertos dejaras a los audaces beduinos
Mi amiga loca y entretenida, falta de alma….
Pero ahora siéntate, descansa, deja de jadear y sosiégate
Siéntate en esta piedra que se sabe historias locas
Y sácate las sandalias pringadas de sangre y polvo seco.
Una orilla del mar apenas distante se divisa
Parece que hoy brilla más el sol que ayer, será otro?
Y está manchada de flores amarillas la pradera verde
Las aves huyen de la neblina aparente y de la noche perfecta
Las estrellas aparecen, ya en el cielo, sonrientes y directas
Parece que saben que su noviembre no regalará lluvias.
Ahora que tus ojos desorbitados se han relajado.
Que has saboreado mucho tu cruel hazaña,
Y que la mancha amarilla desaparece bajo el manto nocturno
Apúrate y mírame fijamente a los ojos y cuéntame….
Pero deja esa espina ensangrentada en el piso por favor…
Te aferras a la espina que hiere tus manos de seda
Tu falda ha quedado sucia de sangre, de vida y de sueños
Sentada a un metro de mí, distante como Venus de Plutón
Me miras, haces una mueca que algún día fue sonrisa….
Me clavas la mirada como la espina que inerte y profunda
Penetra en tu carne rosa y salada por el sudor de este viaje….
Me dices: “He asesinado al gorrión perdido y a la abeja azul”
Te grito, te escucho, te odio, me sacas el latido y el aire,
Te tomo firme el brazo y te injurio una calumnia inútil,
Y lanzo mi mirada hacia el lejano y volátil infinito
Sé que no aparecerá la borracha y estúpida justicia
Pero por si acaso te arrastro hacia la cueva de la realidad….
Me miras alocada, sonríes con la misma mueca de antaño
Me espanto y retrocedo porque tu mirada duele, sangra, hiere,
Esa misma mirada que traías en el desierto vacío de ayer….
Esa misma mirada que un día hizo desaparecer mi equilibrio
Cuando también me encontraste en el que hoy es mi desierto
Y la misma hazaña odiosa que conmigo cometiste…..
La noche tendiendo sus redes labora furiosa
Las estrellas siguen en lo alto charlando de abriles
Y un ave perdida regresa por el mismo camino en que se fue
La mancha amarilla de la pradera no es más que una sombra.
Retomo la confianza y recojo de nuevo tus pedazos
Absurdo sería ahora pedirte explicaciones
Sería pérdida de tiempo buscarle un sentido a tu mueca
Tratar de comprenderte una cárcel de castigo eterno
Injuriarte no devuelve el calor a mi congelado corazón
Y odiarte solo aumenta la sangre en el piso de este valle.
Solo me convenzo que amas mi vacío brillante
Porque siempre vuelves a refugiarte en mi pradera
Que amistosamente me dejaste conservar del fuego.
Desgraciada y amarga soledad que hiciste?
Mataste la esperanza de un amor de fuego eterno
La distancia que es la espina en tu rosada mano
Hirió de muerte al amante gorrión de primavera
Y mató a la ilusa abeja azul enamorada….
Y tu mueca de sonrisa feliz con sonido de destino
Ensordece esta noche de lamento y despedida
Hacia la escena de tu descabellada venganza transito
Buscando la sangre, borrando tus pasos, cubriendo mi rostro
Conociendo de tu vicio insolente, insaciable,
Deseando el silencio ayudándote en tu periódico escape
Dejándote huir al encuentro de un nuevo amor
Que desear y aborrecer para destruir y matar.
Cómo puedo seguir siendo tu amiga cruda soledad?
Cómo puedo convivir contigo aún en el invierno?
Cómo te dejé compartir un espacio al lado de mi alma?
En dónde confundí tu risa hueca con la amistad sincera?
¿Por qué aún sigo escondiéndote y defendiendo tu nombre?
Y te vas y eres ligera y me dejas y me confundes
Porque eres sal y eres arena, eres noche y eres fiera
Me desatas y me vuelves presa de tu risa viajera
Y me cuentas de tus descabelladas locuras
Y no te sacias de sangre, ni de vida, ni de dolor.
Te vas de nuevo, la mancha amarilla aparece de nuevo
El brillo del sol y del mar se sube por un canto al cielo
Y yo aún me pregunto a donde iras esta vez ligera soledad?
Y me acurruco en tus maneras y me envuelven tus cadenas
Me susurras al oído tus venganzas mañaneras
Y te callo con la hoja de viento que cortó el cielo,
Me desarmas poco a poco, me deshaces con el aire
Solo me quedas tú mi amarga y fiel compañera
Te dejo contarme tus victorias sobre amores que fueron
Que juraban ser eternos, fieles y azules o gorriones
Que amanecían cantando y anochecían amando
Que soñaban con la tonta irreal felicidad
Y que presa de tu espina filosa y terrorífica
Ni siquiera tuvieron tiempo decente para morir
Y tus manos llenas de sangre hablan de esos días
De tus victorias de tu alianza con el tiempo y la distancia
Y de la muerte que corre por tus venas heladas
Y de la miel que un día arrebataste de mi alma!